Hola a todos y a todas. En esta entrada os hablaré sobre las técnicas de negociación de Conficto.
Foto obtenida por Pixabay |
Antes de profundizar deberíamos comenzar por definir lo que se entiende por conflicto, y hemos escogido esta definición: situación en la que dos o más personas están en desacuerdo con otra u otras. Si ninguno cede el resultado será un conflicto. Por otro lado, conviene aclarar que debe aceptarse el conflicto como algo inherente al ser humano, que su carácter es neutro (ni bueno ni malo, depende de cómo se aborde) y que debe confrontarse para así absorber todo lo positivo que tiene. En otra línea, el conflicto puede ser intelectual o emocional. Cuando es intelectual las diferencias consisten en desacuerdos sobre opiniones, argumentos, normas y conceptos discrepantes de cualquier clase. Si, en cambio, se trata de un conflicto emocional, lo recomendable antes que nada es resolver el antagonismo latente. Sin embargo, ambos tipos de conflicto están interrelacionados. El emocional puede crear un conflicto intelectual y el intelectual puede derivar en un conflicto emocional.
Acerca de la teoría del conflicto, existen tres posturas clásicas tales como la Tradicional, la Conductista y la Interaccionista. La primera considera el conflicto como algo a evitar por sus consecuencias. La segunda entiende el conflicto como algo inevitable, de ahí que lo adecuado sea aceptarlo. Y la tercera no solo advierte el conflicto como insalvable sino que añade al mismo tiempo que se trata de algo positivo. Una vez que hemos asimilado el concepto de conflicto, debemos trasladarnos a lo que significa negociación, que viene a definirse como: proceso de comunicación que trata de influir en el comportamiento de los demás. La idea es que ambas partes ganen , para ello los intereses y valores no pueden ser opuestos y es responsabilidad de los negociadores descubrir los puntos complementarios para desarrollar una negociación con esquema ganar-ganar.
La diferencia más importante entre tipos de negociaciones hace referencia a saber si esa relación será a corto, medio o largo plazo; o bien si se trata de una negociación puntual o más duradera. En función de ello las partes negociarán de un modo u otro. En base a ello, la negociación puede ser Inmediata, Progresiva o Situacional. La primera contempla aquella situación en que se trata de obtener el mejor acuerdo posible sin importar la relación con el actor contrario. La segunda, al suponerse a medio/largo plazo, previene una relación que va de menos a más. Y la tercera, tal vez la ideal, es donde el estilo se adapta a las circunstancias que se encuentre. Existen muchos otros tipos de negociación, pero aquí solo vamos a recordar que se tiene en cuenta tanto la relación como el resultado a la hora de clasificarlas. Y para concluir, precisar que un buen negociador siempre contará con actitud positiva, paciencia y destreza en la escucha activa. A partir de ahí seguro que puede nacer un buen negocio…
FUENTES con las que se ha completado la entrada:
No hay comentarios:
Publicar un comentario