Foto obtenida de Pixabay |
Las características que
definen un GAM podrían ser las siguientes: Experiencia compartida,
participación voluntaria, encuentro periódico, tamaño pequeño y relación
horizontal. Se comparte la experiencia pues quién mejor que un igual que ha
pasado por lo mismo para comprenderte. La participación es voluntaria lo que
implica evitar un rol pasivo en el grupo. La periodicidad se debe a que la
constancia es importante. Nunca se llevaría a cabo un GAM de una sola sesión.
Por otro lado, cada grupo tiene que pactar su tamaño, sin embargo, se
recomienda un número no menor de 5 ni mayor de 10. La horizontalidad prima de
forma que todo transcurra entre iguales con una participación activa, rompiendo
con el rol de persona enferma-pasiva.
Sí es cierto que tenemos que hacer
hincapié en que un GAM no es ni Terapia Grupal, ni Tertulia de amigos ni Club
de Debate. No obstante, un GAM te abre la posibilidad de ampliar tu red social,
de relacionarte entre iguales y de encontrar un lugar donde no exista rechazo
ni estigma.
Por último, me gustaría hacer hincapié en que en un GAM es bienvenida toda aquella persona que experimente o haya experimentado sufrimiento psicológico. Ahora bien, es recomendable que la persona esté lo suficientemente compensada como para respetar las diferentes dinámicas grupales y ser capaz de respetarlas. También, suele ser importante que al comienzo de cada GAM alguien asuma cierta tarea de moderación hasta que la dinámica se fortalezca. La participación es libre. Nadie está obligado a exponerse. La escucha activa también es válida. Todos tienen su momento. Y existen una serie de reglas básicas tales como el respeto, la confidencialidad y la inclusividad.
Fuente: Pulsa aquí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario