Foto obtenida de Pixabay |
Leona da en el parque, por
casualidad, con Kayla, y aprovecha para entregarle un díptico sobre el maltrato
a la pareja. Kayla siente curiosidad por el tema, cree que puede serle de
utilidad, así que llega a entablar una tranquila conversación con Leona sobre
la historia de su maltrato. A lo largo de la historia podremos comprender lo
mal que lo pasó Leona con su novio maltratador y ponernos en su lugar mediante
una serie de pruebas o retos que habremos de superar. A través de este diálogo
se abordará todo un relato de malos tratos que no solo logrará que empaticemos
con Leona sino que también conseguirá que sintamos al menos algo parecido a lo
que pudo sentir ella. Me atrevo a decir que a medida que superemos las pruebas
el chico en cuestión despertará nuestra antipatía sobremanera.
En distintas ocasiones deberemos elegir la ropa que debe utilizar Leona para salir con él. En un principio, puede resultar divertido, pero al comprobar la reacción de su chico, entenderemos lo que siente Leona. También, el maltratador pondrá a prueba nuestra atención mediante una conversación, habiendo un momento que es imposible seguirlo al pie de la letra. Él, obviamente, se enfadará. Incluso en clase, deberemos prestar atención a este merluzo con lo que ello implica: la pérdida de concentración en un aula. En cierta ocasión, Leona lo perdonará (suele disculparlo con frecuencia) demostrando el error de la acción en sí pues este tipo de personas nunca cambia. Otro reto que demuestra el agobio constante de la protagonista es andar por los pasillos del instituto sin poder apenas interaccionar con el resto de compañeros o compañeras.
MOVING ON es un juego que te hace
pasarlo realmente mal, pero ahí radica el acierto, en que podremos comprobar
casi en primera persona qué es estar dominada por un maltratador y en qué
consiste todo aquel maltrato que probablemente de no atender a programas como
éste no sabríamos diferenciar. Si bien podría aplicarse perfectamente tanto
para prevenir como para poner fin –mediante la información y la experiencia– al
maltrato, hemos llegado a sentir los tentáculos de un vil maltratador que al
mínimo indicio de intentar abandonarlo él reaccionaba intentando generar
lástima. Como conclusión, MOVING ON no sería el juego al que me echaría una
partida durante el asueto, pero sí un programa que recomendaría encarecidamente
para prevenir situaciones como el maltrato, ya sea por parte de un hombre, ya
sea por parte de una mujer.
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