viernes, 10 de abril de 2020

La labor del educador social durante el confinamiento en los pisos de acogida


Hola a todos y a todas. En el día de hoy os hablaré sobre La labor del educador social durante el confinamiento en los pisos de acogida.


Foto obtenida de Pixabay


Tal como reza algún titular: <<La declaración del estado de alerta y el confinamiento obligado ha elevado los niveles de estrés en los pisos de acogida.>> Ahora es más necesario que nunca disponer de más recursos y personal de refuerzo ante una crisis sanitaria sin precedentes que se vive en todo el país. Estas circunstancias <<han elevado los niveles de estrés en las casas puesto que evidentemente es difícil mantener un ambiente de normalidad, cuando no se puede salir de casa o ni siquiera recibir un abrazo.>> Por eso, y ante la preocupación por las bajas médicas tanto de profesionales como de niños y adolescentes, el colegio profesional reclama algo de ayuda.

Fuente: Pulsa aquí.

Los educadores, trabajadores e integradores sociales están considerados como empleos esenciales durante la alerta sanitaria actual. Desempeñan sus labores en centros de menores, centros de acogida de migrantes, pisos tutelados y espacios creados especialmente durante la crisis del coronavirus para las personas sin hogar. Y exigen medios para seguir haciéndolo. Se denuncia que <<La mayoría de profesionales que trabajan en pisos tutelados no tienen ninguna equipo de protección, ni mascarillas, ni guantes, y las distancias de seguridad son imposibles de cumplir.>>. Reclaman que <<al entrar y salir de los centros donde trabajan no sólo exponen a los usuarios que se encuentran confinados sino también a sus familias cuando vuelven a casa después de su jornada laboral.>>.

Además de la falta de equipos de protección individual para evitar posibles contagios, se denuncia la sobreocupación generalizada de los centros y el aumento considerable del ratio de educadores por número de usuarios, multiplicando la carga laboral sin aumentar la plantilla. No obstante, afrontar el confinamiento es el mayor problema al que se enfrentan en este momento porque mantener un buen ambiente en estos espacios, que suelen ser reducidos y donde la convivencia a veces se hace realmente difícil, es harto complicado. Educadores y trabajadoras sociales realizan una tarea imprescindible para colectivos vulnerables en plena crisis sanitaria, y no cuentan con el reconocimiento público o la atención mediática. Sus reivindicaciones, en cambio, no son aplausos. Apelan al sentido común y la justicia: piden que se les garantice unas condiciones laborales dignas para poder seguir prestando sus servicios esenciales.

Fuente: Pulsa aquí.

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