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Como bien sabemos, un sintecho
es aquella persona sin hogar que vive en la calle o pernocta en albergues. Del
mismo modo, puede resultar interesante acudir al término
<<sinhogarismo>> o <<sintechismo>> para aludir a un
fenómeno social que normalmente tiene como causa la ruptura brusca familiar y
social. Por lo general, esta condición va acompañada de la ausencia de un medio
de vida. Es el nivel máximo de exclusión social y marginación que se produce en
la sociedad moderna. La mayor parte de ellos son varones. Y el miedo a revivir
episodios traumáticos suele provocar en el individuo rechazo a volver a retomar
una vida más ordenada dentro de la sociedad. El desamparo al que están
expuestos es tal que pueden llegar a sufrir todo tipo de agresiones. Puede
revisarse el caso –algo extremo– de María
del Rosario Endrinal Petit que fue quemada viva por tres jóvenes de
bien.
Fuente: Pulsa aquí.
Expuesto lo anterior, ahora –en
el presente– durante el estado de alarma, podríamos hacernos la siguiente
pregunta: ¿Cómo puede cumplir el confinamiento domiciliario alguien que no
tiene domicilio? El sinhogarismo afecta solo en España a 31.000 personas,
tratándose de población de alto riesgo. Era necesario visibilizar el problema
porque en un primer momento nadie tomó medidas en relación a ello. No todos los
sintecho tienen acceso a internet –a la información– así que al principio el
colectivo sintió pánico al ver las calles vacías. Es comprensible. Nadie se
había acordado de ellos, o bien, fueron los últimos en recibir atención. La
administración tomó finalmente medidas a través de los distintos ayuntamientos.
También desde el gobierno central se han reforzado los servicios sociales
recurriendo a las fuerzas armadas.
Fuente: Pulsa aquí.
Ahora bien, si nos preguntamos
qué sucederá con los sintecho que prefieran permanecer en la calle la respuesta
es la siguiente: <<Todo apunta a que la policía podrá llevar por la
fuerza a dependencias improvisadas para el confinamiento, o a otras
municipales, a los que no acepten ayuda para estar bajo techo.>>. A pesar
de que muchos optan por la libertad que se respira en la calle –para fumar un
cigarrillo si les apetece– es comprensible que los cuerpos de seguridad
consideren que deben adaptarse a las nuevas circunstancias de reclusión para
prevenir el contagio.
Fuente: Pulsa aquí.
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