martes, 21 de abril de 2020

Las personas sin hogar en tiempos de la Covid-19


Foto Obtenida de Pixabay

Como bien sabemos, un sintecho es aquella persona sin hogar que vive en la calle o pernocta en albergues. Del mismo modo, puede resultar interesante acudir al término <<sinhogarismo>> o <<sintechismo>> para aludir a un fenómeno social que normalmente tiene como causa la ruptura brusca familiar y social. Por lo general, esta condición va acompañada de la ausencia de un medio de vida. Es el nivel máximo de exclusión social y marginación que se produce en la sociedad moderna. La mayor parte de ellos son varones. Y el miedo a revivir episodios traumáticos suele provocar en el individuo rechazo a volver a retomar una vida más ordenada dentro de la sociedad. El desamparo al que están expuestos es tal que pueden llegar a sufrir todo tipo de agresiones. Puede revisarse el caso –algo extremo– de María del Rosario Endrinal Petit que fue quemada viva por tres jóvenes de bien.

Fuente: Pulsa aquí

Expuesto lo anterior, ahora –en el presente– durante el estado de alarma, podríamos hacernos la siguiente pregunta: ¿Cómo puede cumplir el confinamiento domiciliario alguien que no tiene domicilio? El sinhogarismo afecta solo en España a 31.000 personas, tratándose de población de alto riesgo. Era necesario visibilizar el problema porque en un primer momento nadie tomó medidas en relación a ello. No todos los sintecho tienen acceso a internet –a la información– así que al principio el colectivo sintió pánico al ver las calles vacías. Es comprensible. Nadie se había acordado de ellos, o bien, fueron los últimos en recibir atención. La administración tomó finalmente medidas a través de los distintos ayuntamientos. 
También desde el gobierno central se han reforzado los servicios sociales recurriendo a las fuerzas armadas. 

Fuente: Pulsa aquí.  

Ahora bien, si nos preguntamos qué sucederá con los sintecho que prefieran permanecer en la calle la respuesta es la siguiente: <<Todo apunta a que la policía podrá llevar por la fuerza a dependencias improvisadas para el confinamiento, o a otras municipales, a los que no acepten ayuda para estar bajo techo.>>. A pesar de que muchos optan por la libertad que se respira en la calle –para fumar un cigarrillo si les apetece– es comprensible que los cuerpos de seguridad consideren que deben adaptarse a las nuevas circunstancias de reclusión para prevenir el contagio. 

Fuente: Pulsa aquí

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