Hola a todos y a todas. Aprovechando un trabajo que he tenido que realizar para la asignatura Personalidad y diferencias individuales. He realizado esta entrada.
Bandura y la Teoría del Aprendizaje Social - Experimento del Muñeco Bobo
Vídeo Obtenido de Youtube
(Las
personas nos diferenciamos por los procesos psicológicos que hacen que nos
comportemos de una manera peculiar y específica ante las diversas situaciones.
Es importante conocer cómo percibe el individuo la situación, qué tipos de
expectativas tiene, cómo valora sus recursos, cómo reacciona emocionalmente
ante esta situación, qué tipo de objetivos e intereses tiene... y las
relaciones entre estos factores). Fuente: Pulsa aquí.
El experimento de Bandura, el relativo al
muñeco que es apaleado, puede indicar que el aprendizaje es por imitación.
Recordemos que una persona adulta es la que inicia el apaleamiento delante de
los menores que, por lógica, luego, imitan la conducta aprendida, a pesar de
que nadie les incita a ello más allá del comportamiento previo que el adulto ha
desarrollado a la vista de todos.
Representa la Teoría del Aprendizaje Social
de A. Bandura que establece, a su vez, que pensamos, sentimos y nos comportamos
de forma distinta en aquellas situaciones en las que estamos seguros de
nuestras capacidades que en aquellas en las que estamos inseguros o nos
sentimos incapaces… algo con lo que estamos de acuerdo. Es más, si los niños
que se sometieron al experimento no se hubieran encontrado bien anímicamente
con toda probabilidad no se habrían cebado de igual forma con el pelele. Sí es
cierto que hemos echado de menos en el vídeo –tampoco lo aclaraban– si algún
menor se comportó de forma distinta, es decir, en lugar de aporrear al muñeco
probar a interaccionar con él de otro modo, nunca de forma agresiva. Aunque lo
que nos queda claro es que tuvieron total libertad para hacer lo que quisieran,
sin embargo, resulta triste comprobar que la influencia del adulto es tan alta.
El
experimento de Mischel nació de la sorpresa ante niños de cuatro años que ya
podían identificar lo que es el futuro, al menos a corto plazo,
recompensándoles con algo si eran capaces de tener paciencia, de limitarse a lo
acordado con el adulto, cuando, además, serían premiados. Todo consistía en
ofrecerle al pequeño una gratificación (gominola, galleta, caramelo…) AUNQUE si
eran capaces de esperar una media hora podrían obtener el doble de lo acordado.
Siempre tendrían la posibilidad de presionar un botón (una especie de campana
como la de los hoteles) para llamar al adulto, AUNQUE en este caso ya no
recibirían la recompensa. Los chicos mostraban una actitud en ocasiones incapaz
de esperar. De hecho, los que obtuvieron la gratificación, según lo que
manifiesta el especialista, lo pasaron mal por no ceder al impulso primario de
agarrar la chuche y devorarla.
Obtuvieron
una serie de resultados bastante interesantes. De hecho, los que demostraron
mayor autocontrol consiguieron en el futuro superar unas pruebas
preuniversitarias (algo así como la selectividad, hemos entendido) con mucha
mayor nota que los que cedieron a sus impulsos. Esto está bien, pero tal
control de la impulsividad no garantiza ser más feliz, pues mantendríamos una
conducta cohibida o contraria a nuestra voluntad –resistiendo la tentación– durante
demasiado tiempo. Tampoco sería acertado ceder a nuestros impulsos en cualquier
ocasión que los pongan a prueba. Sería algo así como tener todo a mano sin nada
que satisfaga a medio/largo plazo nuestra felicidad. Lo ideal es un término
medio, sin olvidar que el hábito –la automatización de algunas conductas–
invierte en salud y felicidad a la hora de no tener que recurrir siempre a la
voluntad.
Esta es la teoría de W. Mischel que afirma que nuestra personalidad
se identificaría con las maneras que tenemos de responder ante diferentes
situaciones y según él la personalidad no existiría. La situación, pues, a la
que se expone la persona reúne más importancia que la persona en sí cuya
flexibilidad ante los distintos tipos de contexto o exposiciones sería
evidente. Esta personalidad variaría en función del escenario. La gratificación
o recompensa que se obtiene también es de vital importancia a la hora de
estudiar el comportamiento.
Entrevista a W. Mischel (Programa REDES): Experimento sobre el control de impulsos.
Vídeo Obtenido de Youtube
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