domingo, 12 de abril de 2020

Recuerdos e identidad

Foto obtenida de Pixabay

Fuente:https://www.rtve.es/alacarta/videos/redes/redes-como-construimos-recuerdos/1606287/
Es un tema interesante saber cómo se construyen los recuerdos, pues bien, al parecer, nadie recuerda nada de la primera etapa de la infancia, la que atiende a los tres primeros años de vida. Posiblemente, puede tener que ver con la consciencia, con el hecho de ser consciente o no de lo que ha ocurrido. Por otro lado, la construcción de un recuerdo está relacionada con la memoria que tiende a conservar un recuerdo u otro, a veces real, otras veces no. Pero que se amolda a nuestra percepción de la vida. Ahora bien, ¿qué sucede con aquellos recuerdos que no podemos traer a la memoria? ¿Se pierden? La respuesta es no, es más, puede que no seamos conscientes de aquel recuerdo, sin embargo, influye más de lo que pensamos en nuestra forma de ver la vida o de situarnos en el mundo, o de relacionarnos.  

Algo que puede explicar la identidad de cada uno de nosotros son los falsos recuerdos. Un falso recuerdo puede asentarse en la forma de concebir la vida. La fantasía interviene en la creación de aquellos falsos recuerdos que nacen en línea con la identidad que nos distingue. Puede ser una forma de dar sentido al modo en que vemos las cosas. En cuanto a la formación de la identidad, y la influencia de los recuerdos, la identidad la vamos adquiriendo a medida que experimentamos. No obstante, aunque no seamos del todo conscientes de cada uno de los recuerdos que conservamos, pues se trata de recuerdos que con el tiempo aparentemente olvidamos, estos siguen ahí e intervienen en el subconsciente, en el modo de comportarnos, en relación con una identidad que se ve moldeada por ellos.

Ahora bien, si nos preguntamos por la identidad, la identidad es lo que nos distingue del otro. Dicen que tiene ver con los valores, las pasiones o aquel modelo o modelos de persona a los que pretendemos parecernos, cuando, en realidad, deberíamos parar y pensar quiénes somos en verdad. Hace que tengamos identidad la forma de expresarnos, las relaciones que establezcamos, incluso aquellos objetos de los que nos rodeamos o se encuentran en casa. La identidad se construye a lo largo de la vida, cuando siempre hay opción de cambiar o de seguir modelándola. La identidad, tal como sostenemos, puede evolucionar a lo largo de la vida. De hecho, existen personas que al final, poco antes de morir, ni siquiera son conscientes de quiénes son por no haberse conocido a fondo. Sin embargo, opinamos que existe un fuerte componente que siempre va a caracterizar al individuo y que de algún modo obra a favor de aquella estabilidad.


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